Cine: Eric Steel - The Bridge....

El Golden Gate de San Francisco, además de ser una maravilla arquitectónica, destino de peregrinación de turistas de todo el mundo, es el lugar preferido por los suicidas de la región -y algunos llegados de fuera- para quitarse la vida en un trayecto de entre 4 y 7 segundos de duración, que es lo se tarda en caer al agua desde sus casi 70 metros de altura. Su imponente estructura ha sido y será testigo mudo del último viaje de cientos de personas.

Este hecho fue reflejado por Tad Friend en Jumpers, artículo publicado en el The New Yorker el año 2003, y dicho artículo, inspiró a su vez a Eric Steel la idea de hacer una película sobre el tema. Así que se puso manos a la obra y el resultado fue The Bridge, película que ayer se proyectó en el primer día del DIBA.

Con varias cámaras, Steel grabó horas y horas de material en busca de sucicidas y vaya si los encontró. Aunque la media de saltos al vacío fue de 2 al mes aquel año, Steel captó varios de ellos, lo cual haciendo sencillas extrapolaciones, da como resultado una cantidad ingente de material filmado. O eso, o Steel y su equipo sabían qué días y horas son propicias para suicidarse.

La película alterna el material filmado en el puente con emotivas entrevistas a familiares y amigos de algunas personas allí muertas, siendo éstas en algunos de los casos, captadas por las cámaras de Steel. Ahí empezaron los problemas pues se ocultó en todo momento a los entrevistados que se habían filmado algunos de los suicidos sobre los cuales se estaba hablando. Más tarde Steel afirmó que todo el mundo había visto la película y habían mostrado su conformidad con su peculiar forma de proceder. Lo dudamos.

La polémica no terminó ahí, pues no fue ésta la única mentirijilla del intrépido director ya que también engañó a las autoridades a la hora de pedir los permisos correspondientes para instalar las cámaras. En efecto, tampoco mencionó que de lo que se trataba era de grabar el máximo número de suicidios posibles.

Los responsables del film, con Steel a la cabeza, intentaron justificars diciendo que todo el secretismo se debió a la intención de evitar que algunas personas, sabiéndose grabadas, escogieran el rodaje del film para inmortalizar sus últimos momentos. No tuvieron tanta consideración, sin embargo, con los suicidas a los que captan con sus cámaras pues todo aquél del que se sospecha que puede saltar es seguido fríamente hasta el instante final.

En cualquier caso, es inútil discutir si Steel es un cínico, en si es lícito no intentar evitar que un adulto se tire por un puente si así lo ha decidido o engañar a las personas que intervienen para mejorar el resultado del film. En principio, el código deontológico del cineasta no existe.

El documental da algo de mal rollito, pero si lo quereis descargar aqui os dejo un enlace.
Esta dividido en 8 partes, alojadas en megaupload (es descarga directa, sin programas de intercambio y la velocidad es la máxima). Otra cosa, esta en versión original, pero os podeis bajar los subtítulos -de momento aún no estan en castellano- desde esta otra web.