El Sucesor de Robert. Capitulo II.

Hace unos días, leyendo la “Biblia” me encontré con una entrevista en la que Damien Jurado afirmaba que Oldham era mejor compositor que Bob (¡Sapristi!). Así que me convencí de que ya era hora de hablar sobre este personaje.
Cuando, hace ya más de una década, me empecer a obsesionar con la música alternativa los dos personajes más oscuros que se asomaban desde el panorama norteamericano eran, sin duda, Bill Callahan y Will Oldham. El primero empezaría a encadenar críticas espectaculares, disco tras disco, que no cesaron hasta bien entrado el este siglo, volviéndose cada vez más luminoso y accesible. El segundo había alcanzado la popularidad undeground antes incluso de ponerse delante de un micro. Suya era la enigmática fotografía del álbum "Spideland" de Slint. Disco capital en la historia del rock en los noventa y que ayudo a originar etiquetas tan variopintas como: Emocore, Post-core, Post-hardcore, Slowcore y cuantas os imaginéis que puedan terminar en core.

Bueno, hay que resaltar que Will, como Concha Velasco, siempre quiso ser artista, actor mejor dicho, pero como es muy feo tuvo que meterse a outsider del rock. Una profesión peor remunerada pero con más glamour. Empezó con la guitarra a los catorce o quince años, alternando las lecciones con inmensas farras alcohólicas que llevaron al traste su carrera universitaria pero que cimentaron el mito y desencadenaron el primer álbum “There Is No-One What Will Take Care of You ” grabado como Palace Brothers, aunque en él no participaron ninguno de sus hermanos, también músicos, y si miembros de Slint y demás “inteligencia rock” de Louisville. Su ciudad natal y por la cual lleva tatuado una flor de lis, símbolo de Luís XVI. El disco era lo más parecido a grabar a un borracho, en una barra de un bar, a las 2 de la madrugada. El termino “striptease emocional” no estaba muy en boga por entonces pero canciones como "(I Was Drunk at The) Pulpit" (Borracho en el púlpito) son más que explícitas. Este también es un disco de culto, ojito. Desde entonces la leyenda de Will no ha parado de crecer y crecer.

Como su música es lo que menos me apetece comentar, resumiré diciendo que estos dos iniciaros la mayor renovación de la música tradicional norteamericana de los últimos 30 años. Se les encasquetó la etiqueta de country alternativo y a correr, aunque raramente escucharás algo country de estos dos. Para facilitar las cosas diré que hacen country raro, folk raro y ¿rock? rarísimo. Desde aquel lejano 1993, Will ha editado más de 15 discos y decenas de Ep´s bajo multitud de alias distintos ( Palace Brothers, Palace Music, Palace), a compartido disco con centenares de músicos, en mil sitios (el último en Reykiavik, Islandia), versionado a cuantos se le han puesto a tiro (en un Ep del año pasado, a Björk, Thom Yorke, R. Nelly,Mariah Carey, etc) pero cuando más enfureció a sus fans fue cuando re-grabó sus mayores éxitos con ¡una banda de country TRADICIONAL!



>Ahora pasaremos a una sucesión de breves que nos ayudaran a obtener un perfil más preciso de esta perla:

>Durante una gira compartida con Callahan por España en el 96, la hoja promocional afirmaba que Oldham prefería estar con animales antes que con personas y que Callahan jamás había sonreído en su vida.

>En Cádiz pedió que dejaran el gigantesco cuadro institucional que había en el paraninfo de la facultad porque le hacía ilusión que le fotografiasen tocando el piano con el monarca de fondo.

>Hace años le pidieron que elaborara una lista con sus diez discos favoritos. Los dos primeros discos eran de los Misfits, los dos siguientes de los Ramones, el siguiente, la banda sonora de Lawrence de Arabia.

>No tiene manager, ni utiliza productores ni nada que se le parezca …hasta las entrevistas las pacta el personalmente por cuentas de Hotmail que borra a los pocos días.

>En 1997 grabó “Joya” y se editó un Ep en España por el sello autóctono Acuarela (hito sin precedentes). Para el tour utilizó a Migala como banda. A Jesús Llorente le daba miedo hablar con el: “Con el nunca sabías si estabas hablando con un amigo, con su agente o con su manager. Tenía la esquizofrenia de estar tomando un estupendo licor de hierbas y soltar: “¿y cuándo me pagas?

> En “There Is No-One…” hay una canción, “Riding”, en la que habla de su hermana Lisa. Rodrigo, el bajista de Migala, le preguntó: “¿Y que tal tu hermana Lisa?” “Está muerta”. Fin de la conversación.



>Le dedicó una canción al dueño del sello acuarela “ Western song for J.LL”.

>En su entrada del Wikipedia dicen que se le conoce por "do-it-yourself punk aesthetic and blunt honesty".

>Para justificar su afonía en un concierto en Madrid dijo: “Un niño iba a ser atropellado por un camión y yo grité y grité para impedirlo. No lo logré”.

>En el 99 participó en el rodaje de “Cabalga con el diablo” de Ang Lee junto a la cantautora de radio-fórmula Jewel.

>En el 98 se inventó un alter ego para sus conciertos, la cosa le gustó y desde entonces se hace llamar Bonnie “Prince” Billy, en homenaje a Billy “El niño” .

>¿Música triste? El primer disco de Bonnie “Prince” Billy, "I See A Darkness", fue calificado como el disco más siniestro que había escuchado nunca por PJ Harvey (moderna siniestra donde las haya), noveno mejor disco de los 90´s según Pitchfork, mejor disco del año para Bobby Gillespie (Primal Scream) y la canción titular (que era literalmente una carta de suicidio) fue versionada por Johnny Cash:



>Ha confesado su admiración por la cantante de The Cramberries y ha grabado con Björk..

>Se le vió cantando country bajo un andamio mientras un paleta gaditano se arrancaba por bulerías.


>El, también músico Matt Elliott cuenta que en un vuelo de regreso a Londres discutieron sobre quién olía peor tras varios días sin ducharse.



>Es feo pero fotogénico, sus videos ganan cuando él sale en ellos.



>Una canción suya dice: “Si pudiera follarme una montaña, Dios, ten por seguro que lo haría”.

>Ha reconocido que sus discos menos aclamados le producen un perverso placer parecido a conducir un coche caro o tener sexo brutal con Isabelle Huppert.

Por supuesto, es un mentiroso patológico como Dylan. Su carrera, insondable, ya es un género en sí mismo, al igual que la de Dylan.

Personalmente, solo me ha gustado el último disco “The Letting Go” en el participa Dawn McCarthy, cantante del grupo Faun Fables. Las canciones en las que cantan a duo me recuerdan al Mike Oldfield de “Moonlight Shadow”. Pero me gustan todas sus fotos promocionales.



>Hace tiempo, cuando le preguntaban por su carrera decía: “En el futuro haré discos que cuesten un millón de dolares…para entonces haré canciones mejores”.